¿Oye, sabes, creo que estoy profundamente enamorada? le dijo la barca a la arena
¡Nooo! ¿es que has vuelto a ver a aquel balandro de dos palos tan chulito, que tanto te gustaba?, le contestó la arena.
-No, qué va, ¡puff! no me hables, aquello fue un efímero amor de primavera, me encandilé con las velas izadas, fue un resplandor. Esto de ahora es mucho más profundo… dijo la barca poniendo ojos soñadores. Llevo bastante tiempo acariciando este sueño, y veo que ahora se puede estar haciendo realidad.
-Chica, me intrigas, cuéntamelo, las cosas agradables que le pasan a una amiga, siempre alegran.
-Verás, cuando mi dueño llega por las mañanas con los útiles de pesca, tira de mi arrastrándome hasta llegar a la orilla, no hay nada en el mundo que me dé más placer que mi encuentro con el mar ¡guau! Él me está esperando y se alegra al verme. Enseguida me rodea con sus brazos y casi en volandas, me mece, me acuna, me besa, me acaricia… Así jugamos, hasta la hora de regresar todos los días. Yo le digo mimosa: «hasta mañana» y él me da el último beso con una ola más grande, para facilitar mi salida y dejarme aquí varada contigo. Toda la noche sueño con él y le oigo tan cerca, que le grito en silencio: ¡Ven, vuelve, te quiero…!
La arena, oyó en silencio todo lo que su amiga la barca le contaba y con mucha serenidad, tacto, y haciendo el menor daño posible le dijo:
-Lo siento pero debes de saberlo cuanto antes mejor: no te ilusiones, de verdad. El mar es complaciente, coqueto, le gusta ser muy obsequioso. Sabiendo que eres mi amiga igual te da un trato especial, te dirá palabras preciosas, también se enfada y algunas veces se muestra agresivo, otras se deja querer, pero… el mar es mío. Lo es desde siempre. El me inunda, me penetra, se mete en mí todos los días y es tan fuerte nuestro amor, que parte de él desaparece quedándose conmigo. Nos besamos y me regala cuando se le arrancan al sol los últimos destellos, maravillosas olas con los más bonitos encajes que me puede dibujar con su espuma. Jamás se apartará de mi lado totalmente. Él es mi amor y yo soy su amor y su remanso.
Tú eres joven, bonita con tus alegres colores rojos y azules, estás vivendo un espejismo, pronto se te pasará y encontrarás otros balandros como el año pasado y no creerás que estás enamorada, lo sabrás con seguridad.
La barca quedó pensativa y le dijo a la arena: ¿Entonces tú crees que hace lo mismo con otras barcas?
-Claro que sí, pero no hace nada, él es así, inmenso en todo. Juguetón, romántico, pensador, misterioso, hay que saber respetarlo y entenderlo, pero el mar para tí, es solamente un buen amigo, un buen anfitrión.
– Y tú, ¿no te sientes molesta?
-Claro que no, él es así, tengo plena seguridad en sus cristalinas aguas azules.
-Tú si que eres una buena amiga. Te pido un favor, nunca se lo digas, me sentiría ridícula. Desde ahora deberá ser nuestro secreto
-No te preocupes, veo que lo has entendido y no era fácil, desde este momento, te quiero mucho más.
Se quedaron las dos en silencio, la barca varada en su amiga con su juventud y sus bellos colores y la arena tranquila, dorada, contenta y en plena madurez.
Ya veo que me enseñas a ver cosas ocultas, que has atendido al ruego, al reto casi, de sobre un haiku mío urdir una historia al hilo. En nada de tiempo, y muy ajustada. No la esperaba. Acción y logro: buena atención. Un juego satisfecho plenamente, Me ha encantado.
Y veo cosas muy atinadas desde una perspectiva propia y diferente: está en el jugo de lo narrado, incluso paralelo a su aparente discurso. Es de admirar. Queda fenomenal para mí. Es preciso, pero destacadamente, darte las gracias de modo preciso, porque en precioso fuera de lo frecuente y de lo cortés.
Doña Junupros, en El gatoal sol: muy reconocido, mil gracias personales.Hablaremos.
Un gran beso.
Me alegra que te haya sorprendido. Lo hice con toda la intención de darte una sorpresa, porque había pasado el reto un poco desapercibido. Hazme otro, anda. Quedo esperando…
Gracias a tí por leerme. Un beso.
Los retos en su tiempo, y puede haberlos. Pero me parece mejor lo libre y gracil en el terreno que entiende del escribir. Pero, tú, mejor, en tu buen llevar.
Al beso, sí que correspondo: súbito.
Estoy de acuerdo y estoy en ello. Inspiración no me falta, de momento, pero… ¡no tengo tiempo!!!. Hasta pronto
Buen trío falta la gaviota!!