El abanico

Siempre he sentido una curiosidad especial por haber conocido aquellos tiempos en que las damas asistian a fabulosos bailes, en espléndidos salones llenos de espejos, flores y lámparas, con aquellos vestidos pomposos y escotados, con aquellas joyas y voluminosos peinados, con el librito colgando de la muñeca de la mano izquierda para apuntar los bailes comprometidos por los galanes en edad de merecer, y con el abanico en la mano derecha con su lenguaje de signos. El abanico es todo un arte del movimiento.

Me he metido en un baile de éstos con la imaginación, ¡claro!, y de pronto me he fijado en una joven, toda engalanada con un vestido blanco adornado con margaritas bordadas en el escote y rosas de pitiminí prendidas en la falda. Largos guantes blancos le cubren el brazo hasta la mitad, justo hasta dónde empieza la manga del traje. Sentada en uno de los sofás que circundan el salón, y escoltada por dos damas de más edad, que sirven de protectoras de su virtud. Ella, mira al grupo de jóvenes de enfrente ataviados de etiqueta; están tomando posiciones para cuando empiece la música dirigirse a la dama elegida, pedirle la concesión de un baile, y con suerte conseguirán su objetivo porque para eso van. A bailar y a conocerse.

De pronto ella ve a ese joven que tanto le gusta, se cree correspondida. Empieza de forma atrevida a mandarle mensajes, que él con una pequeña reverencia de cabeza, recibe.

Observo que ella se abanica la cara con cierto entusiasmo, eso quiere decir: «me gustas» e inmediatamente, cierra el abanico y lo apoya en la frente, él entiende que le está diciendo: «quiero verte».

 No hace caso a sus deseos y se dirige a otra zona del salón y se pone a hablar con otra asistente. En cuanto ella tiene ocasión le mira y con el abanico cerrado apuntando al hombro izquierdo, le esta diciendo «tengo celos», inmediatamente lo cierra y lo apoya en la frente. El mensaje es de urgencia.  «quiero verte». Ha conseguido que ella reacione y sonrie contento, porque ve que el éxito de la tarde está asegurado. Lentamente se dirige a rescatarla y llevarla con él al jardín.

Ella, que lo ve acercarse, pliega el abanico, y horizontamente lo posa en su pecho… le esta diciendo «me has conquistado».¡Qué tierno ¿no?

Ahora no hay nada de estas cosas, tan elegantes, tan te digo…pero no, miradas lánguidas, ojos insinuantes. Juego. No, no existe el juego, creo que se pierde la imaginación.

Hoy he buscado mi abanico. Un abanico «especial» porque me lo regaló alguien  «muy especial» y por eso le tengo un «especial cariño». Es negro con flores rosas, verdes, y algunos dorados. En su homenaje, pienso ensayar y aprender  todo ese lenguaje de gestos. Me gustan, incluso puedo intentar ponerlos en práctica, seguro que nadie me va a entender, incluso van a pensar que soy «rarita» pero… ¿y si alguien lo entiende? ¡Probaré!.

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12 respuestas a El abanico

  1. alpuymuz dijo:

    Escrito de vuelta sobre algún modo de ser de una cultura pasada, que dejó su rastro pues acaso en nuestras abuelas y sus jóvenes comparsas. Implica su gracia y sentido, su tal que aquel aire de vida, de vivir vida trazada en normas estrechas, supongo, pero aceptadas y hasta en estas artes desarrollarlas… justo para ser burladas. Ya digo: pálpito de vida, tiempos, intrahistoria. La cultura, al fin decanta maravillas resumidas en tan curiosas cualidades… inmersas o nacidas de las circunstancias o rescatadas algo como tú ahora has procurado.
    Queda bien la idea por el impulso. Entonces, pues, Julia, felcidades por haberme podido traera mente una representación del tiempo de nuestros pasados mayores. Gracias.
    Buen día. Besos,,,

    • junupros dijo:

      Yo he visto estas historias en el cine, las he leído en alguna croniquilla, en manuales de abanicos, y creo que tenían mucho encanto y parafernalia. Visto desde hoy…parecen «gazmoñas» y hasta cursis, pero de verdad que a mí, me habría ilusionado poder asistir a un espectáculo de esos.
      Unha forte aperta. Julia

      • alpuymuz dijo:

        Te imaginas qué mentideros, qué comentarios y cotilleos, qué lios chismorreos… Tendría su encanto, que no había tv ni falta que hacía. Ya digo vida, casi en campanario… pero con encajes y música o rosario.
        Re la remito moi forte…

  2. Lehahiah0909 dijo:

    Aromas de pasado y de lenguajes ocultos ..de silencios casi obligados….
    Me gusta el juego no todo lo que lo rodea..me gusta la complicidad de estar enviando mensajes de un modo tan ¿discreto? ( no sé porque si todos conocían el lenguaje de los abanicos aquello debería de ser un cotilleo ¡¡fino!! ejjejjjeje) pero como tu muy requetebien describes , eso de las damas consortes de mayor edad, de toda esa parafernalia es lo que no me gusta nada de nada…pero todo de todo me gustó ir de la mano contigo hasta esos tiempos porque lo hiciste con todo lujo de detalles….y si vas a contestarme con el abanico en la mano espera que me voy a por un manual no sea que te entienda justo lo contrario jajajajjaja
    Un abrazo Julia ….como siempre me llevaste…..muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkk con alitassss

    • junupros dijo:

      Me has hecho reir, de verdad, con lo del «cotilleo fino». Lo de «las damas de carácter, protectoras», estoy contigo que tenía que ser un rollo, aunque me imagino que tambien estarian un poco a lo suyo, mirando quien estaba y quien no, y si la señora tal…repetía traje. Seguro que harían la vista gorda.
      No te despido con el abanico porque aquí hace un frio y una lluvia que ni te cuento. Lo dejo para el verano y ya verás…ya.
      Un biquiño agarimoso neniña con alitas. Julia

  3. Erico G.B dijo:

    No te creas que han cambiado tanto los tiempos. Si vas a una discoteca uno puede observar como caballeros y damas se miran, se acercan corporalmente, se hablan de forma simbólica (¡buena fiesta!) y se rechazan dejando al otro de espaldas casi sin que el otro lo sepa. No, creo que no han cambiado los tiempos. Aunque quizá antes para dar celos se bailaba con distancia y hoy se baila no sé si con los cuerpos o si con las lenguas.

    Me ha gustado. Me ha llevado no sé por qué, a la época de la estirada y pomposa aristocracia rusa.

    • junupros dijo:

      No pensé en la estirada y pomposa aristocracia rusa que tu dices, pero me encanta que te transportaras allí.
      Ya, no han cambiado tanto los tiempos, lo que creo que han cambiado son las formas, antes a lo mejor eran más sutiles. Muchas gracias por pasarte por aquí.
      Un saludo afectuoso. Julia.

  4. lagaviotaconamor dijo:

    Querida Julia, que post más bello, me has llevado a quellas películas tipo Lo que el viento se llevó, la imaginación que grande es verdad? hermoso lenguaje el de los abanicos, me ha gustado mucho querida Julia, gracias por distraer mi mente!!
    Un fuerte abrazo porqué hacia días que no te veía
    Muaskkk

    • junupros dijo:

      ¿A que sí?, era precioso ese lenguaje, y los bailes, y los trajes, y los salones… ¡puaff!, es que yo debía de haber nacido un siglo antes, pero… aquí estoy ahora con los vaqueros y las camisetas…tampoco están mal.
      Un beso Gavi.

  5. Carmen Enid dijo:

    Me ha encantado Julia, a veces suelo decir que esto de «canitas al aire» en esos tiempos fueron toda una galanteria porque aunque se estaba haciendo una travesura el hombre siempre con galanteria saludaba a su dama con mucho recato cuidando no ser descubiertos. En estos tiempos de tiran a la internet sin pensarlos dos veces. Abrazos, ya me hacia falta leerte.

    • junupros dijo:

      ¡Qué riquiña eres con la frase final que me dedicas! ¿verdad que eran bonitos esos tiempos? había formas, modales, exquisitez. Bueno, tambien puede ser que casi siempre pensamos eso de que «cualquier tiempo pasado fue mejor», aunque lo que no se puede negar es que había más delicadeza. Un fuerte abrazo.

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